Seminario estudiantes del curso electivo Cidesal: dialogar desde distintas experiencias y miradas

Durante el segundo semestre de 2020, el programa Cidesal organizó un Curso electivo de postgrado en el que participaron 10 estudiantes provenientes de diversas áreas de conocimiento y facultades de la Universidad de Concepción. Entre ellos, Sergio Villagrán y Madelein Díaz
-biólogo y geógrafa respectivamente- quienes al finalizar esta experiencia y junto al resto de los participantes, crearon un seminario llamado “Oposiciones prácticas y conceptuales a la propuesta del buen vivir en América Latina”. ¿La idea? Compartir ideas y aprendizajes como estudiantes del curso. De hecho, el seminario fue organizado por ellos y ellas, y también fueron los protagonistas. 

-¿Cómo surge la idea de compartir los resultados que tuvieron como alumnos del curso electivo de postgrado de Cidesal, a través del seminario “Oposiciones prácticas y conceptuales…”?

Sergio Villagrán (SV): La idea surgió durante las primeras clases al revisar la propuesta del curso. Este último buscaba desarrollar una mirada interdisciplinaria sobre el desarrollo en América Latina. Como los y las estudiantes que participamos del curso tenemos una formación distinta, nos pareció valioso poner estas distintas ópticas sobre la mesa para discutir respecto a una temática en común.

Madelein Díaz (MD): Soy geógrafa de profesión y tesista del magíster en Arte y Patrimonio, y por ello las relaciones y puentes entre las diversas áreas del conocimiento que se presentaron en el curso fueron realmente valiosas. En mi caso, la historia reciente, la ciencia política en Latinoamérica y la filosofía del desarrollo, por nombrar algunos componentes del electivo, habían sido hasta ahora totalmente ajenos a mi quehacer. O al menos así lo pensaba.

-¿Qué fue lo que aprendieron en esta experiencia del curso electivo de postgrado? ¿Y qué fue lo más complejo?

SV: Lo más complejo es dialogar, conversar desde diferentes perspectivas, estar dispuesto a escuchar otras experiencias, conocimientos y puntos de vistas. También reconocer lo complejas que son las sociedades, al revisar las diversas variables que están en juego.

Sergio Villagrán.

MD: Desde mi perspectiva, lo más difícil es poner atención a las cosas aparentemente resueltas, a las preguntas que parecen tener una respuesta preestablecida. Es por ello que cuestionarse el modelo de desarrollo y la naturalización de este en nuestra cotidianidad es complejo, pues nos invita a interpelar nuestras acciones y omisiones.  Por este motivo, uno de los aprendizajes que me deja este curso es la necesidad constante de dialogar, cuestionar y responsabilizarnos, como personas provenientes de la academia, en la cimentación de espacios y redes de co-construcción de conocimiento.

-¿Qué destacan de las sesiones que hubo en el curso? ¿Y respecto a los invitados?

SV: Las sesiones estuvieron enfocadas en cuatro módulos: Ética y desarrollo; Izquierda, intelectuales y desarrollo: dictaduras y transiciones democráticas; Estado, partidos, activismos y guerrillas de América Latina; y Críticas y redefiniciones del desarrollo en América Latina.

En ese sentido, fue bueno revisar cuatro áreas del desarrollo en Latinoamérica desde la visión de diferentes especialidades, comenzando por la piedra angular de la ética.

Los invitados, que fueron de primer nivel, hablaron de las experiencias de sus investigaciones en el contexto latinoamericano. En este sentido, los expositores supieron contribuir y profundizar en las temáticas de cada módulo. Por ejemplo, Alex Ibarra, de la Universidad Católica Silva Henríquez, con su exposición “El Indianismo en la filosofía: una deuda invisible”. 

“Es de suma importancia que cada profesional se pregunte el por qué de sus acciones, analice los contextos donde se realiza como profesional, y pueda ver la coherencia que hay entre sus objetivos de vida, las acciones que toma para alcanzarlos y la manera en que este análisis es parte o está al servicio de la comunidad, pueblo, región o país en el cual vivimos”. 

Sergio Villagrán

MD: Destaco la pluralidad de visiones que confluyeron en cada módulo. Siempre se buscó ampliar nuestros límites de comprensión respecto a la diversidad de realidades presentes en Latinoamérica, pero a la vez convergentes, en relación a los desafíos de generar mejores relaciones socio ambientales.

También resalto que se logró, clase a clase, una capacidad dialógica entre profesores/as y estudiantes muy estimulante y enriquecedora, dada la diversidad de áreas del conocimiento presentes en el curso. Esto fue complementado con los y las invitadas a los diversos módulos, lo que nos permitió tener una visión holística y panorámica de la realidad latinoamericana. Los invitados fueron Alex Ibarra, Waldo Ansaldi y Verónica Pérez. Y los profesores del curso Rodrigo Pulgar, Danny Monsálvez, Sergio Toro y Noelia Carrasco, todos de Cidesal.

Madelein Díaz.

-¿Por qué es importante que este seminario, que busca compartir la experiencia del curso electivo de postgrado de Cidesal, haya surgido de los mismos estudiantes? 

SV: El hecho de que los estudiantes organizáramos el seminario, fue consecuencia de comprender los objetivos del curso: un análisis interdisciplinario y activo sobre el desarrollo en América Latina. 

Que cada uno deseara participar, refleja el interés de los compañeros y compañeras por presentar sus conocimientos y experiencias al servicio del diálogo, desde sus diferentes áreas de trabajo. Es como decir: “Como estudiantes, nosotros y nosotras queremos ser parte de las solución a los desafíos que nos plantea la sociedad actual”.

-¿A qué se refiere el concepto de “buen vivir” en el nombre del seminario?

SV: El concepto del ‘buen vivir’ se origina de una propuesta de desarrollo desde la concepción Latinoamérica, lo que hacía sentido con las raíces de los pueblos originarios de la VIII Región. Estos comprenden la cosmovisión de la vida, las relaciones entre las personas, los pueblos y el ambiente, de una manera diferente a la actual. Dichos conocimientos ancestrales han sido olvidados u ocultos por visiones “modernas” impuestas durante el desarrollo de los estados en América Latina. Esta propuesta del “buen vivir” entiende el desarrollo en un contexto de respeto entre las personas y la naturaleza (sus recursos), como si esta fuera otra u otro.

-¿Qué mensaje le darías a los estudiantes de postgrado, de las distintas disciplinas y campos de conocimientos que se forman en la universidad, respecto de la formación en los temas que ofrece Cidesal?

SV: Los invitaría a revisar esta propuesta que presenta Cidesal: es de suma importancia que cada profesional se pregunte el por qué de sus acciones, analice los contextos donde se realiza como profesional, y pueda ver la coherencia que hay entre sus objetivos de vida, las acciones que toma para alcanzarlos y la manera en que este análisis es parte o está al servicio de la comunidad, pueblo, región o país en el que vivimos.

La incorporación de asignaturas como las que desarrolla Cidesal, en la universidad, podría generar un pensamiento crítico mayor, no solo en el área de formación y desempeño de cada estudiante, sino que en el contexto de sus vidas y relación con sus pares y entorno. Así, un profesional con una ética de vida dará mayores frutos en cuanto a la manera en que impacta y mejora la calidad de vida de la sociedad, a través de su quehacer profesional.

“Lo más difícil es poner atención a las cosas que parecen resueltas, a las preguntas que parecen tener una respuesta preestablecida. Es por ello que cuestionarse el modelo de desarrollo y la naturalización de este en nuestra cotidianidad es complejo, pues nos invita a interpelar nuestras acciones y omisiones”.

Madelein Díaz.

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